lunes, 26 de diciembre de 2011

PRODIGIOS MATEMÁTICOS




La anécdota es de mi hermano, que estudia ingeniería química en la universidad del Atlántico. Un profesor suyo, me cuenta, cubrió el tablero hace un par de semanas con un complicado ejercicio matemático que él mismo había diseñado en su casa para compartirlo con sus estudiantes. Cuando se aproximaba a la respuesta empezó a vacilar. Se puso las manos en la cintura, dio unos pasos hacia atrás, recorrió con la vista todo el tablero, siguiendo con el dedo la secuencia de cada operación, hasta que pareció haber visto la luz. Escribió la solución con ademanes resueltos y se volvió hacia la clase para ver cómo le había quedado el ojo.

-Esa respuesta está mala -dijo mi hermano- porque si despejamos "y", entonces "x" y "z"...
-Déjame ver -dijo el profesor. Después de inspeccionar nuevamente el tablero, reconoció-: Sí, Baldovino, así es.

Borró y volvió a escribir, pero al final se dio por vencido Se rascó la mollera con talante preocupado y murmuró de espaldas a sus estudiantes:

-Qué raro. En la casa sí me daba.

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